Segundo Origen #2
Pintura, lavadoras, agua y hierro.
Instalación. Instituto Cabrera Pinto. Tenerife. 2019
Texto de sala:
La pieza Segundo Origen #2 pretende seguir el rastro que deja tras de sí la imagen de un cuadro que conecta dos puntos del Atlántico negro, como son Canarias y Brasil.
Hemos copiado la pintura Guerreiro negro u Homem negro
del holandés Albert Eckhout en un ejercicio de asimilación y comprensión a través del hecho de copiar una pintura.
El nacimiento de esta imagen parte de un viaje a Brasil organizado por el conde holandés Joao Nassau en representación de los intereses de la Compañía de las Indias Occidentales.
Nassau congregó a un grupo de expedicionarios entre los que se encontraban artistas y científicos cuya misión sería documentar la conquista exitosa de la campaña holandesa en Brasil.
En 1636 la expedición sale de Holanda rumbo al litoral nordeste brasilero y el 23 de diciembre de ese mismo año, otra imagen coloca la flota comandada por Nassau en la Bahía de Garachico, dejando como único rastro una serie de dibujos de Tenerife hechos desde el barco, siendo estos simples esbozos una de las primeras representaciones de las Islas Canarias hechas desde el mar.
Será precisamente el autor de estos dibujos, el holandés Frans Post (considerado históricamente el padre del paisajismo americano) junto a Albert Eckhout, quienes representen en sus pinturas el Brasil desconocido para Europa.
La misión de estos dos artistas era la de construir un diccionario visual del nuevo mundo con la finalidad de que Europa asimilara visualmente América.
Parecía que esas pinturas, en tanto que reflejaban una observación detallada, minuciosa y exhaustiva de lo desconocido, tenían estatus de documento veraz.
Albert Eckhout pasó a la historia como el primer etnógrafo, tratándose su obra casi como etno-pintura. Son bastantes las historiadoras e historiadores que han teorizado sobre las intenciones subyacentes a la serie de 8 retratos étnicos que realizó Eckhout durante su estancia en Brasil, entre los que se encuentra Homem negro o Guerreiro negro. Cuando se observan en conjunto, se ve claramente cómo los retratados con rasgos más indígenas o de piel más negra, están asociados a una simbología salvaje, sexual y caníbal, mientras que el retrato de una mujer mestiza está enmarcado en una hacienda azucarera (la salvaje, ahora, servil y domesticada)
El cuadro de Homem negro, fue supuestamente hecho en Brasil, pero no hay certeza de ello, ya que el cuadro contiene referencias cruzadas que posiblemente el artista recopilase a largo de su viaje. Es probable que realmente el cuadro fuese pintado en Holanda en 1641, edulcorándolo para adaptarlo a los gustos europeos del momento.
En la pintura, en el centro, el retratado lleva un machete con una concha. Esta concha, fue catalogada en una exposición en Sao Paulo en 2018, en la que se colgó el cuadro original, como Concha das Ilhas Canarias.
Este tipo de conchas, llamadas zimbos o caurís, fueron usadas en Canarias y África como moneda de cambio. Después del abandono de esta moneda-concha, se pasó a usar la moneda viva de los cuerpos africanos.
Las expediciones científicas, como las narradas por Albert Eckhout y Frans Post en sus pinturas, construyeron para la mirada etnocéntrica europea un imaginario de la América tropical que había que conquistar y someter.
Es por tanto el rastro de este viaje, el que nos devuelve la mirada interpeladora del Homem negro
sobre nosotr@s, para corroborar que nos urge comprender cómo nuestro imaginario se forjó al servicio del poder colonial y que lo que llamamos descubrimiento no fue otra cosa que sometimiento y barbarie.
Lecuona y Hernández
Garachico, julio de 2019